Hoy en día tenemos tanta información que nos ataca, que la filtramos, nos quedamos con lo que nos interesa, dejando de lado la mayor parte. La ramblas son un ejemplo del ruido visual, cada esquina esta repleta de publicidad dirigida al transeúnte.
La sociedad ha llegado al punto de filtrar tanto que prácticamente no hace caso a ningún tipo de información que le llega, es por esto que últimamente se han colocado las pantallas led de encima de los quioscos, o los diferentes establecimientos del “ciutat vella” contratan a gente que reparta información al usuario, obligando de esta manera a que reciban la información directamente.
La invasión de información y publicidad obliga a una agresividad cada vez mayor de ella para poder llegar a los ojos y mentes ya colapsadas de imputs informativos del su público. La gestión de la información y el ruido visual que ella produce son un material más con el que trabajar para mejorar nuestro espacio público y también privado.
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