En el pasado la sociedad se basaba en unas directrices muy restrictivas. El orden y la disciplina tenían un fuerte peso en la educación y en la moralidad de la sociedad. Con ésta imagen se ha intentando reflejar dicha excesiva organización y disciplina.
En la actualidad la sociedad se basa en un caos incontrolabre, sin límites, tanto a nivel social, cultural cómo de comunicación. Sin límites, ni fronteras, la sociedad se ve rodeada de posibilidades que muchas veces escapan de su compresión y el uso y las acciones que se llevan a cabo son indebidas y de dudosa moralidad.
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